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¿Qué pasará con los coches diésel gasolina en 2035?

En los últimos años, el mundo ha sido testigo de un creciente interés por la sostenibilidad y la reducción de emisiones contaminantes. 

Este movimiento ha impulsado una serie de cambios significativos en diversos sectores siendo, sin duda, uno de los más afectados el de la industria automotriz.

En este contexto, surge una pregunta crucial: ¿qué sucederá con los coches diésel gasolina en 2035? 

El año 2035 se ha convertido en una fecha clave en la agenda de muchos países y gobiernos en su lucha contra el cambio climático. 

De esta forma, son varios los países que han anunciado ya ambiciosos planes para poner fin a los coches de combustión, lo que representará un giro radical en nuestro modelo de movilidad.

La prohibición de los coches de gasolina plantea una serie de interrogantes sobre cómo evolucionará a partir de ese momento el sector automovilístico. 

Por eso, en el siguiente artículo, desde Chargeverse, como especialistas en movilidad eléctrica, queremos dar respuesta a algunas de las preguntas más frecuentes sobre el futuro de los coches de gasolina y qué impacto tendrá su prohibición en el impulso de los coches eléctricos. 

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¿Se llegarán a prohibir los coches diésel gasolina en 2035? 

La prohibición de los coches de gasolina y diésel es un tema que está siendo cada vez más discutido y considerado por muchos países en su lucha contra el cambio climático y la reducción de emisiones contaminantes. 

En este sentido, hasta la fecha, varios países y ciudades han establecido objetivos y planes para prohibir gradualmente la venta de vehículos diésel y gasolina en un futuro cercano. 

Por ejemplo, Reino Unido anunció que planea prohibir la venta de nuevos vehículos diésel y gasolina a partir de 2030, con la excepción de algunos híbridos enchufables hasta 2035; unas iniciativas que también se están poniendo sobre la mesa en países como España.  

No obstante, es importante destacar que estas políticas y regulaciones pueden variar de un país a otro, y están sujetas y abiertas a cambios en función de los avances tecnológicos, las necesidades de movilidad y los desafíos que puedan surgir en el camino. 

Además, existen factores económicos y sociales que también influyen en la implementación de estas prohibiciones, ya que la transición hacia vehículos eléctricos y otras alternativas requiere de una infraestructura adecuada y un acceso asequible para los consumidores. 

A la pregunta qué pasará con los coches diésel y gasolina en 2035, es posible que en el futuro no muy lejano se vea una disminución significativa en la presencia de estos coches en las carreteras

Sobre todo se implementará a medida que las tecnologías alternativas se vuelvan más accesibles y se intensifiquen los esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. 

Sin embargo, la implementación de una promoción de los coches de gasolina total puede depender de diversos factores, como la evolución de la tecnología, los avances en la infraestructura de carga y la aceptación y demanda por parte de los consumidores.

¿Cómo afecta el plan “Fit for 55” a los coches eléctricos?

El plan Fit fot 55 hace referencia a una iniciativa de la Unión Europea (UE) que tiene como objetivo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 55% para el año 2030. 

Así, este plan abarca una amplia gama de sectores, incluida la movilidad, y tiene implicaciones significativas para los vehículos eléctricos. 

En el marco del plan Fit for 55, se espera que las políticas y regulaciones de la UE fomenten y aceleren la adopción de vehículos eléctricos como una forma de reducir las emisiones en el sector del transporte. 

Algunas de las medidas clave que pueden afectar a los coches eléctricos son: 

  • Normas de emisiones más estrictas: Fit for 55 busca establecer límites más estrictos para las emisiones de CO2 de los vehículos nuevos. 

Esto implica que los fabricantes de automóviles deberán reducir las emisiones promedio de su flota, lo que puede fomentar la producción y venta de más vehículos eléctricos. 

  • Ampliación de la infraestructura de los puntos de carga: El plan Fit for 55 también promoverá la expansión de la infraestructura de carga para vehículos eléctricos en toda la UE. 

Esto es fundamental para abordar una de las principales barreras para la adopción de vehículos eléctricos, que es la disponibilidad de puntos de recarga accesibles y conveniente

  • Incentivos y apoyo financiero: Se espera que el plan Fit for 55 incluya incentivos y apoyo financiero para fomentar la compra de vehículos eléctricos. 

Esto podría incluir subsidios directos, exenciones fiscales, beneficios de estacionamiento y tarifas reducidas en peajes, entre otros.

  • Estándares de calidad del aire: El plan también busca mejorar la calidad del aire, estableciendo normas más estrictas para la contaminación del aire en las ciudades.

Esto puede impulsar la adopción de vehículos eléctricos, ya que no emiten contaminantes como lo hacen los vehículos de combustión interna.

¿Cuál es el futuro de los coches eléctricos? 

La prohibición de los coches diésel y gasolina en 2035 presenta, indudablemente, numerosos beneficios en la movilidad sostenible, augurando un impulso prometedor y una transformación de la industria automotriz muy positiva hacia una movilidad sostenible. 

Entre algunos de los cambios que se esperan producir en un futuro no lejano son, en primer lugar, una mayor adopción de los coches eléctricos.

Así, se espera que la adopción de los coches eléctricos aumente significativamente en los próximos años. 

Los avances en la tecnología de baterías, la reducción de costes y el crecimiento de la infraestructura de carga contribuirán a que los coches eléctricos sean más asequibles y convenientes para los consumidores. 

En segundo lugar, entendiendo que la tecnología de baterías es un factor clave en el desarrollo de los coches eléctricos, se espera que haya avances significativos en la capacidad de las baterías, lo que permitirá aumentar la autonomía de los vehículos eléctricos y reducir los tiempos de carga. 

Por otro lado, a medida que crece la demanda de coches eléctricos, la instalación de puntos de carga también se expandirá. 

De esta forma, se espera que haya una mayor disponibilidad de puntos de carga en lugares públicos, estaciones de servicio, centros comerciales, lugares de trabajo y viviendas individuales. 

Además, se están desarrollando tecnologías de carga más rápidas, como la carga de ultra potencial, que reducirá significativamente los tiempos de carga. 

En definitiva, la prohibición de los coches diésel y gasolina en 2035 es una medida que está ganando cada vez más impulso en diversos países como parte de los esfuerzos para combatir el cambio climático y reducir las emisiones contaminantes.

Esta medida representa un cambio significativo en la forma en que nos movilizamos, y plantea desafíos y oportunidades tanto para la industria automotriz como para los consumidores. 

La transición hacia alternativas más sostenibles, como los coches eléctricos, los híbridos y los biocombustibles y otras tecnologías emergentes será fundamental para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones. 

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